martes, 24 de junio de 2014

Qué curioso, siempre termino concurriendo al mismo rincón de mi corazón solitaria, lastimada. aturdida. Siempre vuelvo, buscando un abrazo que me ayude a sanar, encontrando solo mi propio inconsciente que me da unas palmadas en la espalda mientras susurra: ''Te lo dije.'' Cuando aprenderé? Si esa hermosa voz envuelve mi cabeza cada noche y día, a cada hora? Si en medio de mi tranquilidad, tu imagen interrumpe para nublar mi mente? Tu recuerdo se apodera de mí, me abraza, me besa, me acaricia, como vos solías hacer, me ama, me adora. Me hace sentir que todavía te amo, que vos estas hecho a mi medida, me convence tan fácilmente de que no me vas a lastimar más. Soy carta por carta de un mazo de póker cayendo, poco a poco, en la nada. Soy un sinfín de moretones y lagrimas. Caigo una, y otra, y otra vez. Intento hacerte un hogar en mi vida, un 'pequeño' espacio donde puedas refugiarte, quererme, cuidarte. Y al hacerlo, siempre tan en vano, solo consigo olvidarme de cómo vivirla.
Nadie va a golpearte a cambio de que me quieras. Sé libre. Sé feliz. Sé tu vida, tu familia, tu bienestar, tu dolor y tu amor. Abandoname una vez más, que de todas maneras, como vos mismo dijiste: - ''Aye. sé que no me vas a olvidar''. Te dedico con todo mi amor la misma frase que vos mismo tatuaste en mi mente: ''Amor, no te confíes''.










 Y yo, que actúo de Hércules, digo que soy fuerte. qué frágil soy. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario